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Madre.- Javier se lo ha llevado….me he despistado un segundo, se ha distanciado un poco de mi, lo ha cogido en volandas y ha salido corriendo. Se lo ha llevado y no he podido detenerlo.
Javier.- ¿Cómo dices? ¿Qué se lo ha llevado?
Madre.- Si, lo ha cogido en brazos, el niño se ha asustado tanto que se ha puesto a llorar histérico y ha echado a correr. Se ha metido en su coche y se ha ido. ¿Qué podemos hacer?
Javier.- Ahora mismo llamo a su abogado y le digo lo que ha ocurrido, tranquila.
Un padre ansioso por establecer una custodia compartida, un niño muy sensible y especial, un padre que no entiende que él como adulto debe adaptar sus tiempos a las necesidades de su hijo.
Un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, cansado de que no se avanzara y que no se cumpliera su deseo de alternar en custodia compartida, este padre se tomó la justicia por su propia mano.
En una visita en presencia de la madre, decidió que ya estaba cansado de esperar, el consideraba que su hijo ya estaba suficientemente preparado y directamente se lo llevó en volandas para demostrar que su hijo estaba más que preparado para pasar más tiempo con él.
Un padre ajeno al impacto emocional de su propio hijo, Ajeno a lo que este niño vivió al verse alejarse de su madre, de gritar desconsolado y ver como su madre pese a correr detrás de ellos no los podía alcanzar.
El régimen de visitas progresivo es una modalidad especial dentro de los regímenes de visitas que establece una adaptación gradual y escalonada del contacto entre el menor y el progenitor no custodio, hasta alcanzar un régimen ordinario completo.
Se utiliza en situaciones donde no es conveniente instaurar de forma inmediata un régimen estándar —por razones de edad, emocionales, psicológicas o prácticas—, y se prefiere una aproximación paulatina que proteja el bienestar del menor y fomente una relación sana y estable con el progenitor.
Es ideal en situaciones en las que el progenitor ha estado ausente por largo tiempo de la vida de los hijos desde su nacimiento por haber estado en prisión o residiendo en otros países o en casos de conflicto o violencia en los que resulta necesario garantizar la seguridad del menor.
También es válido como paso previo a derivar en una custodia compartida, se pueden ir ampliando los días de visita iniciales de forma gradual o escalonada hasta alcanzar la alternancia deseada para la custodia compartida.
Para qué sirve el régimen de visitas progresivo
El régimen de visitas progresivo sirve para facilitar el contacto y la adaptación del menor a un progenitor en circunstancias especiales, evitando cambios bruscos que puedan afectarle negativamente.
Este sistema es frecuente en casos como:
- Progenitores que han estado un tiempo prolongado sin contacto con el menor.
- Hijos de corta edad que necesitan una introducción gradual a la convivencia.
- Situaciones en las que hay conflictos familiares previos y se requiere una reintroducción progresiva.
Casos en que existen informes psicosociales que recomiendan un acercamiento paulatino para proteger el equilibrio emocional del niño.
Por tanto, el régimen de visitas progresivo tiene como finalidad principal favorecer la adaptación emocional y psicológica del menor, priorizando su interés superior frente a cualquier otro factor.
Ventajas del régimen de visitas progresivo
Adoptar este tipo de régimen tiene múltiples beneficios tanto para el menor como para los progenitores:
- Protege la estabilidad emocional del menor
Al introducir las visitas de manera escalonada, el niño o niña tiene tiempo de adaptarse sin sentir cambios abruptos en su rutina. - Favorece la reconstrucción o fortalecimiento del vínculo paterno/materno-filial
Es especialmente útil si el progenitor no custodio ha estado ausente o ha tenido contacto limitado, ya que permite recuperar la relación poco a poco. - Evita conflictos judiciales futuros
Un régimen bien planificado y progresivo reduce las posibilidades de incumplimientos, tensiones y demandas posteriores. - Se adapta a cada caso concreto
A diferencia de los regímenes rígidos, este tipo de visitas puede personalizarse según la edad del menor, su entorno, recomendaciones profesionales y disponibilidad de los progenitores. - Facilita la transición hacia un régimen de visitas ordinario o incluso custodia compartida, si todo evoluciona favorablemente.
Cómo funciona el régimen de visitas progresivo
El funcionamiento del régimen de visitas progresivo depende de las circunstancias de cada familia, pero generalmente se articula en fases sucesivas, con una duración determinada en cada etapa.
Estas fases suelen incluir:
- Fase inicial (contactos cortos y supervisados o en entornos neutros)
- Se limita la duración y frecuencia de las visitas (por ejemplo, visitas de unas horas en puntos de encuentro familiar o con supervisión).
- Se busca generar confianza y readaptar al menor a la presencia del progenitor no custodio (que se familiarice con su presencia).
- Fase intermedia (incremento progresivo de tiempos)
- Se amplían gradualmente las visitas, incluyendo más días entre semana o fines de semana, y retirando progresivamente la supervisión si todo evoluciona bien.
- Fase final (visitas ordinarias o con pernocta)
- Se alcanza el régimen habitual (por ejemplo, fines de semana alternos y algún día intersemanal con pernocta).
- En algunos casos, este régimen puede evolucionar hacia una custodia compartida si existe un cambio sustancial de circunstancias y el juez lo autoriza. En este caso se van ampliando los días de estancia y pernocta con aquel que en principio no tiene la custodia hasta llegar al régimen de alternancia en custodia compartida deseado.
La duración de cada fase depende de informes técnicos, la evolución del menor, la colaboración de los progenitores y las resoluciones judiciales que lo regulan.
En definitiva, así es como funciona el régimen de visitas progresivo: mediante un proceso gradual, individualizado y supervisado, orientado siempre al interés superior del menor.
Consecuencias por incumplir el régimen de visitas progresivo
El incumplimiento del régimen de visitas progresivo tiene consecuencias legales similares a las de cualquier régimen de visitas aprobado judicialmente.
Entre ellas:
- Ejecución forzosa de la resolución judicial: el progenitor que no cumple puede enfrentarse a un procedimiento de ejecución de sentencia en el que el juez puede imponer multas coercitivas o medidas adicionales para garantizar el cumplimiento.
- Modificación del régimen: si un progenitor incumple reiteradamente, el otro puede solicitar una modificación de medidas para adaptar o endurecer el régimen.
- Pérdida de confianza judicial: los incumplimientos pueden influir negativamente en procesos futuros de custodia o ampliación de visitas, ya que el juez valorará la colaboración y cumplimiento de ambas partes.
- Responsabilidad civil o penal en casos graves: el incumplimiento reiterado y voluntario puede incluso tener consecuencias penales (por ejemplo, si se impide sistemáticamente el contacto del menor con el otro progenitor).
Por tanto, cumplir estrictamente cada fase del régimen progresivo es fundamental para evitar consecuencias jurídicas serias y, sobre todo, para proteger la estabilidad emocional del menor.
Consejo de Javier González, abogado especialista en Divorcios
Es importante analizar tu caso concreto y no pretender imponer regulaciones estándar o genéricas. Cada caso, cada familia es única y se debe de adaptar a las especiales circunstancias de los hijos menores, un régimen de visitas progresivo es fundamental para permitir al menor acostumbrarse a estar tiempo con aquel progenitor con el que no ha tenido a penas contacto o trato en su vida.
Recordemos que lo más importante es el bienestar de los menores y los adultos debemos adaptarnos a sus tiempos no ellos a nosotros.
Conclusión
El régimen de visitas progresivo es una herramienta legal flexible y eficaz que permite adaptar el contacto entre progenitor e hijo a las circunstancias personales y emocionales de cada familia.
- Se aplica en situaciones especiales para favorecer la adaptación progresiva del menor, evitando cambios bruscos.
- Ofrece ventajas importantes: estabilidad emocional, personalización, prevención de conflictos y posibilidad de evolucionar hacia regímenes más amplios.
- Su funcionamiento se basa en fases progresivas, reguladas judicialmente, y su incumplimiento puede acarrear consecuencias legales relevantes.
Comprender en qué consiste el régimen de visitas progresivo y cómo se aplica en la práctica es clave para garantizar el bienestar del menor y el cumplimiento efectivo de los derechos de ambos progenitores.
Referencias
- Código Civil – Artículo 94
Regula el derecho de visitas, comunicación y estancia de los progenitores no custodios, así como la posibilidad de establecer regímenes progresivos según las circunstancias del menor y del progenitor.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1889-4763#a94 - Código Civil – Artículo 158
Permite al juez adoptar medidas para proteger al menor, incluyendo regímenes de visitas adaptados progresivamente, visitas supervisadas o restricciones, cuando sea necesario.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1889-4763#a158 - Ley de Enjuiciamiento Civil – Ejecución de resoluciones judiciales (art. 776 LEC)
Establece las medidas coercitivas y consecuencias legales por el incumplimiento de los regímenes de visitas, incluyendo multas y modificaciones de medidas.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2000-323#a776 - Artículo 2 de la Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor
Consagra el principio del interés superior del menor, que fundamenta la aplicación de un régimen de visitas progresivo para proteger su estabilidad emocional.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1996-1069#a2
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Abogado especialista en separaciones y divorcios, con más de 26 años de experiencia al frente de Casasempere abogados.
Número de colegiado: 5.216 del Colegio Oficial de Abogados de Alicante
Especialista en custodias, ya que, además de abogado, es padre y divorciado, y consiguió una custodia exclusiva paterna cuando sus hijos cuando tenían 2 y 4 años, habiendo vivido a día de hoy en sus propias carnes todos los modelos de custodia.
