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Sharenting. El peligro de difundir fotos sin consentimiento de nuestros hijos.

¡No quiero fotos de mi hijo en facebook!. Uno de los conflictos más habituales que vivimos durante los procesos de divorcio o ruptura de pareja, con hijos menores, es la falta de acuerdo de los padres respecto a la exposición mediática de los niños.

Lo cierto es que se nos ha ido de las manos la exposición pública de los detalles más íntimos de nuestras vidas. Las redes sociales se han convertido en el escaparate al mundo de lo felices que somos o, al menos, “aparentamos ser”.

Postureo, buenas caras en reuniones de amigos, risas en familia, momentos románticos en pareja. Lo que no muestran las redes sociales es la cara más amarga de las relaciones. Es como la foto de perfil del whatsapp o la historia del instagram. Siempre buscamos estar divinos.

¿Qué es el Sharenting?

Es un anglicismo, como muchos de los que por moda social hoy en día usamos, para denominar conductas realizadas relacionadas con nuestros hábitos en las redes sociales y el uso de las nuevas tecnológicas.

Es la unión de dos palabras anglosajonas,:

“SHARE” + “PARENTING” (COMPARTIR o MOSTRAR LA PATERNIDAD).

Es esa moda social de documentar la vida de nuestros hijos en las redes sociales desde la primera ecografía hasta que, por sí mismos ellos, alcanzan la edad suficiente para gestionar y usar sus perfiles sociales.

Es la conducta de mostrar o exhibir sin recelo alguno la vida e intimidad de nuestros hijos. Nos olvidamos de que con cada contenido que subimos a internet generamos una identidad digital, que con el tiempo puede no sernos nada favorable.

Nos hemos acostumbrado a publicar en Facebook, Instagram, Youtube y Whatsapp, todo cuanto hacemos en nuestro día a día. Hay personas que incluso llegan a cambiar la foto de perfil de sus redes sociales varias veces a lo largo del día. Y que de forma prácticamente compulsiva comparten su día a día desde que se levantan hasta que se acuestan.

Mientras ambos padres conviven juntos, esa decisión de compartir y exhibir la vida de sus retoños es una decisión fácil. Pero ¿qué pasa cuando se rompe la relación de pareja?

Es muy habitual recibir como consulta la siguiente pregunta:

¿Puedo publicar fotos de mi hijo en facebook?

Para contestar debemos recordar un concepto básico, la diferencia entre patria potestad y custodia.

Las decisiones que se adoptan conforme a la patria potestad, requieren el acuerdo de ambos padres. Dentro de la patria potestad se incluyen las decisiones importantes relacionadas con la vida de los menores, como pueden ser la elección de centro escolar, participación en actos religiosos, asistencia a tratamientos estéticos o terapeúticos no necesarios.

Por otro lado las decisiones que se adoptan conforme a la guarda y custodia son las decisiones ordinarias del día a día, que no requieren del acuerdo de ambos padres. Estas pueden ser la ropa que se va a poner ese día, a qué hora se levanta o se acuesta…etc.

Pues bien, vamos a aclarar una confusión muy frecuente. Padres y madres, para subir fotos de niños en redes sociales, es necesario e IMPRESCINDIBLE tener el consentimiento de ambos padres.

No es una decisión que pueda realizar por sí sólo el titular de la guarda y custodia. Si el otro progenitor se niega a la exposición pública de su hijo en las redes sociales no se podrá publicar.

Hoy vemos normal y habitual hacer ese selfie o subir esa foto en familia, pero olvidamos que detrás de la pantalla de nuestro móvil se esconde el lado más oscuro de la red de internet.

¿Cuál es el peligro de publicar fotos de niños en facebook?

El peligro no está sólo en facebook, el peligro abarca a todas las redes sociales. Cuando hablamos de niños en las redes sociales, siempre debemos extremar al máximo las precauciones de seguridad.

Internet nos ha traído grandes ventajas, nunca antes había sido tan fácil conectar a las personas de punta a punta del mundo. Pero también oculta grandes riesgos, sobre todo para los niños.

Extremamos las precauciones como padres respecto al uso de ordenadores de sobremesa o portátiles, normalmente vigilamos lo que están haciendo nuestros hijos, rondamos por alrededor tratando de ver qué hacen, dónde entran, qué páginas visitan. Sin embargo, después, es frecuente y habitual ver niños con 7 o menos años con smartphones de última generación a la salida del colegio.

En Casasempere Abogados nos preocupa la seguridad de nuestros hijos en internet pero después ponemos en sus inocentes manos aparatos de alta tecnología con conexión 4 y 5G con internet móvil y acceso ilimitado a la información existente en La Red.

Ayer mismo, el hijo de nuestro compañero Javier le dijo, “papa a partir de ahora mismo tengo 20 años, ¿vale?”.

Y cuando le pregunto por qué, le contesta que es porque si no no le deja entrar en el video juego que se había descargado.

En los textos legales de todas las redes sociales se excluye el uso de las mismas por menores de dieciocho años, sin embargo, no se exige comprobación alguna de dicha edad por parte de las mismas. Aunque para abrir un perfil es tan sencillo como tener un mail e introducir los datos personales. Y para los menores de edad, es tan sencillo como cambiar su fecha de nacimiento, normalmente retrasando en los años necesarios para cumplir con la mayoría de edad.

El peligro en muchas ocasiones no está en tener o dejar de tener perfil en la red social de moda, sino en los usuarios que navegan en dicha red.

Nunca antes había sido tan fácil hacerse pasar por otra persona completamente diferente a la que eres. A golpe de teclado y descargando una foto de internet puedes cambiar hasta de género.

Ser un lobo disfrazado con piel de cordero, hoy por hoy gracias a internet, es francamente fácil.

Hemos sobre expuesto a nuestros hijos a la Red. Hemos inundado de sus datos personales el ciberespacio. Para un observador cuidadoso es fácil recabar los datos de nuestros hijos y saber exactamente sus gustos y sus rutinas diarias. Pueden adivinar hasta a qué centro escolar acuden.

Nosotros mismos les estamos dando los conocimientos adecuados para poder ganarse la confianza de nuestros hijos. Publicamos fotos y nos geolocalizamos en los sitios más frecuentes y habituales que compartimos con ellos, sólo con la intención de ver como suben los me gusta y los comentarios para nuestro deleite personal.

Sin embargo, descuidamos que detrás de las pantallas también se esconden peligrosos depredadores sexuales y secuestradores de niños. Personas que también ha evolucionado a las nuevas tecnologías y que han encontrado en el ciberespacio el lugar idóneo para pasar desapercibidos.

Viejas costumbres afloran en internet, porque al no ver lo que se esconde detrás de la pantalla, tenemos la falsa sensación de seguridad e impunidad.

¿Cuál es el verdadero peligro de subir fotos a las redes sociales?

¿Te has molestado en leer las condiciones legales de tu red social favorita?, ¿Eres consciente que cada vez que subes una foto estás cediendo los derechos de uso y explotación de la misma?

Y lo que es peor, ¿Eres consciente que en el momento que le das a “aceptar” para publicar pierdes el control de esa foto?¿Eres consciente que tu foto viaja en segundos por el mundo de muro a muro de tu red social favorita y que con darle a la opción de descargar cualquiera puede acceder a tu foto o video?.

¿Te lo habías preguntado alguna vez?.

Déjanos que te contemos una anécdota que hemos vivido en nuestra labor como abogados.

En una ocasión, una pareja se puso en contacto con nosotros porque viajando por Portugal se quedaron alucinados cuando conduciendo por una carretera vieron una valla publicitaria.

Se encontraron con la sorpresa de que eran los protagonistas de una campaña de publicidad de la que nadie les había pagado ni un euro. Una de sus fotografías, que ellos habían subido a su muro de facebook mientras realizaban una actividad deportiva estaba siendo utilizada sin su autorización para promocionar actividades de ocio.

¿Os imagináis veros en vallas de publicidad en el extranjero?

¿Y si fuera vuestro bebé o vuestras hijas con ese vestido tan bonito del día de la comunión de su prima?.

¿Os habéis parado a pensar que cualquiera puede descargar vuestras fotos en cualquier parte del mundo?.

¿Os imagináis siendo los protagonistas de una película pornográfica que empiece a circular por internet?

¿Y si los protagonistas son vuestros hijos? ¿Qué os parece ahora?

Seguro que estás negando con la cabeza y diciendo, eso no es posible.No puede ser así. Pues sí. Sí puede ser.

Es una práctica muy habitual. Es el denominado “Morphing”. Cuando hablamos de menores en internet y redes sociales, el morphing consiste en utilizar la cara de tu hijo para usarla en escenas de contenido pedófilo o pornográfico que después son distribuidas en círculos de pederastía infantil.

Estos depredadores sexuales pagan bien por contenidos lo más reales posible. Aunque no lo quieras saber hay todo un mercado negro de datos.

Internet además de ser un pozo sin fondo de conocimiento e información es el refugio en el que los seres más carroñeros de la existencia han encontrado su refugio. Tras la pantalla pueden seguir realizando sus depravaciones sexuales de una manera mucho más anónima que antaño.

Al contrario de lo que pasaba antes con internet, ya no necesitan salir de sus casas para observar lascivamente a los menores.

Además, a través de las redes sociales pueden incluso conectar con ellos con facilidad. Tan sencillo como hacerse pasar por niños de su misma edad y entablar amistad con paciencia, a través del uso de herramientas de mensajería instantánea existentes en las redes sociales. Intercambiar archivos de imagen y llegar a dar el salto al encuentro físico.

Es el denominado “Child grooming” o ciberacoso sexual infantil. Son las conductas realizadas con el ánimo de provocar un acoso sexual a menores de edad.

Son numerosos los casos en los que nuestros hijos menores quedan con personas extrañas a las que sólo creen conocer a través de sus perfiles de internet. Les hemos enseñado a nuestros hijos a convivir sin precaución ante las redes sociales. Están tan sumamente acostumbrados a exponer públicamente sus vidas, que te sorprendes cuando en un inocente paseo en familia de repente observas que tu hijo posturea mirando a su móvil.

¿Sabes si tu hijo tiene perfil de instagram, facebook o youtube?

Crees que es imposible porque es demasiado pequeño. Si investigas a lo mejor te sorprendes. ¿Tienes cerca de ti algún familiar más mayor que tus hijos con perfiles en redes?

Pregúntale, ellos son tan inocentes y quieren conseguir el mismo reconocimiento y fama que sus instragamers o youtubers favoritos. Al primero que habrán agregado en su perfil será a ese familiar que admiran y modelan.

¿Por qué no lo compruebas?. Nuestro compañero Javier pilló a mi hijastro haciéndose una foto con el móvil mientras dába un paseo por la calle. En cuestión de segundo había publicado varias fotos en su perfil de instagram y ya estaba recibiendo comentarios.

¡El ni sabía que tenía perfil en instagram!. Vamos, ni tan siquiera me planteaba que supiera usar instagram.

Subestimamos la agilidad y facilidad de estos nativos digitales de moverse en este entorno digital. Ellos ven la tecnología como algo fácil, sencillo y divertida. A los que nos cuesta es a nosotros.

¿Por qué no tener fotos de niños en whatsapp?

Todo lo que hemos dicho hasta ahora se puede extrapolar a la reina de las aplicaciones de mensajería instantánea, whatsapp.

Ojo, no se trata de intimidar o prohibir a nuestros hijos el uso de la tecnología. Esta es muy buena y útil. Se hace necesario enseñar a hacer un uso responsable de la misma. Como todo en esta vida, bien usado es bueno. En el exceso está el problema.

Como decía nuestro amigo y vecino spiderman “Todo poder conlleva una gran responsabilidad” y en internet hay que aprender a ser responsables.

Hay que aplicar el sentido común. Si en el entorno offline o físico no se te ocurriría hacerlo, no lo hagas en el entorno online, aunque pienses que no lo va a ver nadie. Te aseguro que una vez subido se escapa de tu control.

Compartimos grupos de whatsapp con personas que ni conocemos y no tenemos reparos en subir fotos para que las vean. Esas fotos pueden ser descargadas, compartidas y, en menos de lo que tarda un whastapp en llegar a nuestro móvil, puede estar en un móvil en la otra punta del planeta.

¿Has hecho fotos a tus hijos con el uniforme del colegio?, ¿Frente a la entrada del colegio?, ¿Has registrado visita en esa cafetería frente al colegio de tus hijos?.

Sin prestar atención, nosotros mismo abrimos las puertas de nuestras casas a los malos.

¿Se te ocurriría dejar las puertas de tu casa y las ventanas de par en par al irte a trabajar todo el día?

¿Y por qué en internet te abres al mundo publicando todo sin filtro ni medida?.

Esperamos haberte hecho reflexionar sobre este tema, y que a partir de hoy te lo pienses dos veces antes de darle a subir esa foto de tus hijos a tu red social preferida, sobre todo si no hay autorización de los dos padres.

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