La custodia compartida es un modelo que ha ganado popularidad en los últimos años, ya que, en principio, se considera que favorece el bienestar de los niños al mantenerse una relación equilibrada con ambos progenitores.
Para nuestros tribunales la custodia compartida suele ser la opción habitual y el régimen ordinario a establecer ante una ruptura de pareja. Sin embargo, no siempre es la mejor opción para todos los hijos y situaciones, y, por ello, no siempre es posible que un tribunal otorgue esta modalidad.
Existen diversos factores y situaciones que pueden llevar a la denegación de la custodia compartida, siempre con el interés superior del menor como prioridad.
Índice
Custodia no compartida
En algunas circunstancias, los tribunales pueden optar por la custodia no compartida, lo que implica que uno de los progenitores asuma la custodia principal del niño y el otro ejerza el derecho de visita. Este modelo se utiliza cuando se considera que la custodia compartida no es viable debido a factores como el conflicto entre los padres, la falta de estabilidad o el interés superior del menor. La custodia no compartida puede ser preferible cuando el niño necesita una única figura de referencia para su crianza diaria.
Custodia compartida sin pernocta
En ciertos casos, el tribunal puede decidir otorgar la custodia compartida, pero sin que el menor pase noches alternadas entre los padres. Esta modalidad es especialmente frecuente cuando uno de los progenitores tiene una capacidad de alojamiento limitada o cuando la pernocta puede generar estrés o confusión en el niño. Se opta por esta modalidad para asegurar que el niño mantenga una relación con ambos progenitores sin que ello perjudique su bienestar emocional.
Este tipo de custodia compartida es el ejemplo de poner el foco en el menor y en tratar de buscar la mejor forma de colaborar como padres.
Es cuando ambos progenitores ponen su atención en lo que pueden construir o compartir juntos y no en localizar los puntos con los que evitar o impedir esa cooperación mutua como padres.
¿Cuántas veces con la ruptura uno de los dos padres se ve obligado a volver a convivir con sus propios padres?
Pero que pasa si no tienes esta posibilidad, y que pasa si en la casa familiar no hay el espacio adecuado para poder convivir adecuadamente con tus hijos menores.
O que pasa si me veo obligado a compartir una habitación, tengo que dejar de ser padre o madre porque temporalmente estoy viviendo una situación económica compleja.
Esto supone automáticamente que dejo de ser buen padre o madre.
¿Qué necesitan nuestros hijos?
¿Nuestro dinero o nuestro amor?
De verdad por estar en una de estas situaciones ya no puedo optar a ejercer la custodia compartida.
Aunque resulta evidente que es un punto en contra de cara al juzgado, vamos a ver que existen supuestos o casos en los que se puede otorgar y conceder variaciones o modalidades en la custodia compartida, como por ejemplo estableciendo que las pernoctas se hagan siempre en el domicilio de uno de los progenitores, en aquel espacio donde los menores tienen más estabilidad por horarios de su padre o madre.
Los supuestos más habituales en los que se valora esta opción de custodia compartida son los siguientes:
1.- Cuando uno de los padres no dispone de un domicilio adecuado para convivir con los hijos
2.- Si el hijo menor es sumamente pequeño y dependiente de los cuidados de la madre y se quiere garantizar que permanezca con la madre durante los tiempos nocturnos para favorecer sus cuidados directos.
3.- Casos en los que por los horarios de trabajo puedas estar asignado a un horario nocturno, por lo que te veas obligado a evitar que tus hijos tengan que madrugar en exceso o tener que estar desplazándose de noche.
4.- Por acuerdo conjunto, por considerar que por las características de los hijos en común les va a favorecer o beneficiar más pernoctar siempre en una casa concreta.
Incluso se puede establecer o pactar con una temporalidad concreta o bajo la condición que de darse un cambio en las posibilidades de residencia del progenitor se cambie a una custodia compartida con repartos de tiempos más tradicional.
Es importante que estemos abiertos a buscar las opciones más adecuadas a las concretas situaciones de tu familia.
Problemas custodia compartida
Aunque la custodia compartida puede ser beneficiosa, también puede presentar algunos problemas. Entre ellos, se encuentran:
- Conflictos continuos entre los progenitores, lo que puede afectar emocionalmente al niño.
- Inestabilidad en el entorno familiar, especialmente si los padres no pueden coordinarse adecuadamente.
- Logística complicada, cuando los progenitores viven en diferentes ciudades o tienen horarios de trabajo incompatibles.
Si estos problemas surgen, el tribunal podría reevaluar si la custodia compartida sigue siendo la mejor opción.
Si tu objetivo es lograr la custodia compartida para terminar trasladando tus obligaciones a terceras personas, abuelos o cuidadores externos, que sepas que estarás obteniendo un beneficio económico hoy, pero probablemente le estas generando un perjuicio futuro a tus hijos, porque se van a criar sin los límites adecuados que todo padre o madre debe trasladar a sus hijos.
Puede ser que el dinero que crees ahorrar hoy lo tengas que pagar en psicólogos y terapias en un futuro no tan lejano como crees.
De igual manera, si trasladas a tus hijos, tus miedos a no ser capaz de mantenerte por tus propios medios y recursos, no soltando ese control sobre los hijos, como medio para disponer de unos ingresos fijos mensuales, que sepas que tampoco le estás haciendo ningún favor a tus hijos. Al contrario, les estás privando de todos los beneficios que tienen para ellos el crecer compartiendo su tiempo con ambos progenitores, máxime cuando estamos ante padres que desean, quieren y están dispuestos a cambar su propia vida para pasar tiempo junto a sus hijos cada día.
Es muy importante que empecemos a valorar lo mucho positivo que tiene para tu hijo su padre o madre y que dejemos de poner el foco en todo aquello que a nosotros nos parece erróneo, simplemente porque no lo hacen de la forma y manera que a nosotros nos gustaría. Créeme que te lo digo por experiencia propia, tras vivir más de diez largos años de peleas en los juzgados.
A veces simplemente probando o admitiendo temporalmente un formato de custodia podemos valorar la reacción de nuestros hijos, e incluso probar nuestras propias capacidades o valorar si de verdad quien creíamos que no iba a poder llevarlo lo hace y cumple de manera correcta.
Son muchos los padres que tras probar los cuidados y atenciones directos que supone una custodia compartida han valorado mucho más la labor de la otra figura y aceptan con gusto y sin peleas una custodia exclusiva.
Y son muchas las madres que tras comprobar directamente la libertad que les concede la custodia compartida, empiezan a ver con otros ojos ese reparto de obligaciones.
Cada caso es único, cada hijo, cada familia, cada situación, por eso, no basta con cumplir los requisitos de un concreto régimen de custodia, sino que debemos indagar que régimen de custodia es el que mejor se adapta a tus hijos y a cada uno de vosotros como padres.
Por ello en Casasempere abogados creemos que se requiere de un estudio individualizado, personalizado y muy detallado. Para el bienestar de nuestros hijos no valen las generalidades o las modas.
No quiero la custodia compartida
Hay casos en los que uno de los progenitores no desea la custodia compartida. Las razones pueden ser diversas, como el miedo a la incapacidad para coordinarse con el otro progenitor, la creencia de que el niño necesita estabilidad en un solo hogar, o incluso diferencias de valores entre los padres. Si este es el caso, el progenitor que se opone a la custodia compartida deberá presentar razones claras y documentadas sobre por qué este modelo no sería lo más beneficioso para el niño.
Sin embargo, en Casasempere abogados, tras más de 25 ayudando a padres y madres divorciados en este camino, hemos advertido que, además, hay otras causas más profundas por las que no se quiere realmente la compartida.
¿Cuándo no se quiere?
Cuando el verdadero interés no es compartir las labores de cuidado, atención y educación de los hijos, o cuando lo que buscas es mayoritariamente un mero interés económico, ya sea para evitar pagar más dinero o para disponer de un medio de recibir ingresos recurrentes mensuales
También, puede ser que te mueva un deseo de controlar o gestionar como debe ser la vida de tus hijos.
De ahí la gran importancia de mirar más allá del beneficio a corto plazo. Puede que, si consigues la custodia compartida con un reparto equitativo de los tiempos de permanencia con tus hijos, no tengas que pagar o de tener que pagar sea una cantidad muy inferior a la que tendrías que abonar en caso de custodia exclusiva.
Sin embargo, si realmente no deseas disponer de tu tiempo para estar, cuidar y ayudar directamente en el día a día de tus hijos, estos van a terminar creciendo sin el adecuado control o límites y eso va a repercutir en perjuicios emocionales y de personalidad a futuro.
Puede que hoy te parezca beneficioso pagar menos, pero si durante la convivencia eras consciente del tiempo y dedicación que la otra parte destinaba a dar esos valores, poner unos límites y educar a tus hijos, no crees que si tú no puedes encargarte directamente de esa tarea, es mucho mejor, que la siga haciendo la madre o el padre que hasta ahora se había encargado con gusto de hacerlo.
No eres peor padre por reconocer o valorar el tiempo, cuidados y dedicación diaria del padre o madre de tus hijos. Al revés, lo mejor que puedes hacer para tus hijos es agradecer todo el tiempo, potenciar su figura de autoridad delante de tus hijos y reforzar su trabajo educativo.
Competir por la custodia, y contradecir, en todo y por todo, la labor de tu ex, solo da un resultado, hijos egoístas, caprichosos y sin límites, sin tolerancia a la más mínima frustración e incapaces de asumir compromisos u obligaciones.
Cómo evitar la custodia compartida
Si un progenitor quiere evitar la custodia compartida, debe demostrar que existen razones válidas para ello. Esto puede incluir:
- Violencia o abuso por parte del otro progenitor.
- Conflictos de gran magnitud entre los padres que afecten al bienestar del niño.
- Condiciones de salud especiales que dificulten el cuidado conjunto del niño.
El tribunal siempre evaluará si los motivos son suficientes para desestimar la custodia compartida y otorgar una modalidad diferente que garantice el bienestar del niño.
Motivos para revocar la custodia compartida
La revocación de la custodia compartida es una opción cuando surgen circunstancias que afectan negativamente al niño. Entre las razones para revocar esta modalidad se incluyen:
- Violencia doméstica o abuso: Si alguno de los progenitores incurre en conductas abusivas, se puede revocar la custodia compartida para proteger al niño.
- Inestabilidad emocional o psicológica de uno de los progenitores.
- Negligencia o incumplimiento de responsabilidades parentales.
El tribunal analizará detenidamente si las condiciones cambian y si la custodia compartida sigue siendo beneficiosa para el menor.
Argumentos en contra de la custodia compartida
Aunque la custodia compartida es generalmente vista como beneficiosa, existen argumentos en su contra. Los principales incluyen:
- Falta de cooperación entre los progenitores: Si los padres no pueden colaborar de manera efectiva, la custodia compartida puede generar más conflictos y afectar al niño.
- Incapacidad de los progenitores para ofrecer estabilidad: Si los progenitores tienen estilos de vida incompatibles o problemas personales graves, la custodia compartida podría no ser adecuada.
- Preferencia del menor: Si el menor expresa su deseo de vivir con uno de los progenitores, y ese deseo es razonable, el tribunal podría tomarlo en cuenta.
Motivos para no dar custodia compartida
El tribunal puede no conceder la custodia compartida si considera que no es lo más adecuado para el niño. Algunos motivos para no darla incluyen:
- Condiciones de salud que impiden el cuidado adecuado por parte de uno de los progenitores.
- Antecedentes de abuso emocional o físico que ponen al niño en riesgo.
- Falta de comunicación efectiva entre los progenitores, lo que crea un ambiente inestable para el menor.
Motivos para quitar la custodia compartida
En casos donde ya se ha otorgado la custodia compartida, el tribunal puede decidir retirarla si surgen circunstancias que afectan al bienestar del niño. Estos motivos incluyen:
- Violencia doméstica o abuso hacia el niño o el otro progenitor.
- Negligencia o abandono por parte de uno de los progenitores.
- Problemas psicológicos o adicciones de uno de los progenitores que interfieren en su capacidad de cuidar adecuadamente al niño.
Motivos por los que se deniega la custodia compartida
En conclusión, aunque en la actualidad la Custodia Compartida es la opción habitual y preferente por la que se decide en los juzgados de familia, también existen unos motivos o argumentos en contra a su aprobación, como hemos anunciado antes, y como ahora vamos a enumerar a modo de resumen:
1.- Falta de relación o apego con los hijos
Si eres un extraño para tus hijos y no has estado presente en su día a día, difícilmente se va a poder establecer como primera opción la custodia compartida.
En ese caso se tendrá que trabajar previamente ese apego, relación o trato para que de forma gradual empieces a ser una figura más presente y conocida para tus hijos.
2.- Lejanía de los domicilios
Analizando la jurisprudencia de nuestros tribunales se puede llegar a la conclusión de que disponer de domicilio separados en más de 30 km dificulta o impide la adecuada realización de la custodia compartida.
Cuanto más cercanos los domicilios, más fácil es cooperar como padres, cuanto más alejado más complicamos la labor diaria de ambos y más sometemos a estrés y riesgos añadidos el día a día de los hijos.
3.- Medios económicos y/o materiales insuficientes
Carecer de ingresos suficientes para tu propio sustento o supervivencia es un motivo que puede impedir que te concedan la custodia compartida.
Si no eres capaz de cuidar y atender de ti mismo, difícilmente vas a poder cuidar de tus hijos.
Si no puedes pagar tu alquiler o hipoteca, no te llega para tener al día los recibos de luz, agua o gas, ni tienes para comprar alimentos, difícilmente vas a poder cuidar de tus hijos.
4.- Edad de los hijos inadecuada
Desde su nacimiento y hasta los dos años, se admite por los juzgados que los hijos menores precisan mayor atención en sus cuidados directos y se suele aceptar que esos cuidados provengan más habitualmente de las madres.
La edad de los hijos puede suponer la imposibilidad de acceder a una custodia compartida.
Hijos lactantes y totalmente dependientes de los cuidados de la madre, hacen que sea la custodia exclusiva materna la única opción a plantear en la ruptura.
En estas situaciones la única posibilidad sería valorar posibles opciones de custodia progresiva.
5.- Indisponibilidad de tiempo o ausencia de conciliación familiar y laboral
Si trabajas en los horarios en los que más atención y presencia demandan tus hijos, te va a resultar inviable poder cuidarlos de forma personal y directa.
Si no tienes la adecuada flexibilidad laboral para liberar tu tiempo y poder cuidar directamente de tus hijos lo tienes complicado.
6.- Conflicto interparental
Si la relación con la madre o el padre de tus hijos es de lucha, oposición a todo y ante cualquier decisión terminas con un procedimiento abierto en el juzgado.
Resulta evidente que no existe ese entendimiento mínimo adecuado que permita que haya una mínima cooperación o colaboración como padres que haga viable la mínima comunicación en los temas relacionados con los hijos.
7.- Voluntad contraria de los menores
A partir de los doce años, los propios deseos u opinión expresada por los hijos es un requisito que puede hacer inviable el establecimiento de la custodia compartida.
8.- Carencia en habilidades parentales
Si el informe del gabinete psicosocial determina que no dispones de las habilidades parentales mínimas y adecuadas para atender y cuidar de tus hijos, puedes olvidarte de que te lleguen a conceder la custodia compartida.
Te vamos a ser sinceros son pocos o muy limitados los casos de padres o madres a los que se indica que no dispone de las habilidades parentales adecuadas.
La forma en la que se realizan las pruebas del gabinete y el poco tiempo que se destina a dichas pruebas, salvo casos muy graves y evidentes no va a permitir sacar a la luz todos esos detalles o perfiles cuyas habilidades no son las más adecuadas.
Por sistema por el simple hecho de ser padre o madre biológico suele indicarse que se dispone de las habilidades adecuadas para ejercer de padre.
9.- Psicopatías o patologías mentales
Igual que en el punto anterior, salvo supuestos graves no es muy habitual que por las pruebas o test que se utilizan o en las entrevistas se pueda llegar a determinar un diagnóstico tan claro.
Salvo supuestos de diagnóstico previo o actuaciones tan graves que resulte evidente, no suele profundizarse en este tipo de taras.
De ahí la importancia de su adecuada solicitud y de la aportación de pruebas que puedan permitir poner más atención en la necesidad de profundizar en estos detalles.
10.- Faltas de respeto entre los padres
Si los padres no son capaces de mantener un mínimo de cooperación y cordialidad, la custodia compartida se va a ver empañada o dificultada, con lo que puede llegar a no ser viable.
De ahí la importancia de no participar o colaborar en este tipo de desprecios, no entrar en el juego y no responder a este tipo de ataques.
11.- Capacidades especiales o de salud de los menores
Si los hijos menores tienen especialidades en su salud o personalidad que hagan necesario una mayor atención o dedicación, puede suponer un detalle para evitar o impedir el establecimiento de una custodia compartida.
Si rechaza las características especiales de tus hijos o no colaboras adecuadamente en sus terapias o tratamientos médicos prescritos, puede suponer el quiebre o imposibilidad para obtener la custodia.
12.- Capacidades especiales de salud mental o salud física de los padres que impidan el ejercicio de la custodia
Si en el punto anterior el foco eran los hijos, ahora son las capacidades o estados de salud de los padres.
Si no tienes la salud física o tu estado de salud te impide poder cuidarte a ti mismo, difícilmente vas a poder asumir los cuidados o atenciones de tus hijos.
Si toda tu energía y tiempo tiene que estar focalizado en cuidar de ti y recuperarte, va a resultarte complicado poder cuidar de otros.
13.- Violencia familiar en cualquiera de sus manifestaciones
Como vimos en nuestro post “que es la custodia compartida” se busca evitar que los hijos crezcan o vivan en un ambiente de violencia o falta de respeto.
El que existan meras sospechas de violencia familiar en cualquiera de sus manifestaciones impide el acceso a la custodia compartida.
14.- Adicciones no tratadas
Una vez más, si tu grado de adicción te hace incluso no ser capaz de atender o cuidar de ti mismo, difícilmente vas a poder ser responsable o cuidar de tus hijos menores.
Nuevamente el foco de atención o protección se pone sobre el bienestar de los hijos.
15.- Progenitor abusivo o negligente
Si se omiten los cuidados básicos o elementales a los menores (higiene, descanso, comida, estudio) o el ambiente de convivencia con ellos es de abuso en todas sus manifestaciones, buscando la protección, cuidado y respeto a los menores no se debe permitir el acceso a una custodia compartida que exponga al menor a esa vida de abusos o negligencias en sus cuidados diarios.
¿Tus hijos viven alguna de estas situaciones?
Muchas veces también creemos que se están dando este tipo de situaciones y nos obsesionamos con impedir el ejercicio de la custodia compartida.
Por ello, es muy importante que analices tu situación personal, que te asesores adecuadamente y puedas conocer si de verdad se da un supuesto que verdaderamente impide que se deba conceder la custodia compartida o simplemente es que eres tú quien la rechaza y potencias tus creencias para evitarla.
En Casasempere abogados ponemos a tu disposición nuestra consulta de claridad, nuestra sesión individualizada donde nos permites entrar a conocer lo que estás viviendo y podemos asesorarte sobre tu caso concreto.
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